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Uniformes - Los Iberos

16.03.2009. 00:00

Los Iberos fueron un grupo de pueblos que habitaron el sur y el este de la península Ibérica entre los siglos VI a.C. y II a.C. y que, pese a su diversidad, manifestaron características comunes, probablemente como consecuencia de su prolongado contacto con los pueblos comerciantes del Mediterráneo (púnicos y griegos).

Los Iberos fueron un grupo de pueblos que habitaron el sur y el este de la península Ibérica entre los siglos VI a.C. y II a.C.

Los iberos diferían entre sí en función de su ubicación en el litoral o en el interior, cerca de los asentamientos griegos de Cataluña o de los púnicos de Andalucía y Levante, de su mayor o menor grado de urbanización, de su forma de gobierno monárquica o aristocrática, de su dedicación prioritaria a la agricultura, ganadería, minería o comercio, entre otras muchas variables. Todo ello nos está hablando de la tremenda falacia que supuso hasta fechas recientes el considerar a todos estos pueblos miembros de un solo mundo o universo político. Hoy se considera que su nexo de unión -además de su diferencia con los pueblos del interior peninsular, menos desarrollados en técnicas y modos de organización política y social-, es fruto de un aprendizaje realizado a partir de las culturas del Mediterráneo oriental que allí dejaron sus huellas. Se puede hablar de un 'universo cultural', a pesar de los innumerables matices.

Hasta los estudios realizados por Pere Bosch i Gimpera (1932) se creía en el origen norteafricano de los iberos o en la existencia de un estrato ligur pre-celta o pre-ibérico. Este autor, sin embargo, estableció la teoría de un origen protohistórico y su penetración en la península ibérica desde el sur de Francia hasta Andalucia, sin una clara delimitación con los tartesios.

Los griegos dieron a la península el nombre de Iberia y a pesar de la enorme diversidad de culturas, reinos, lenguas y tribus que poblaban la península por aquel entonces, llamaron iberos a todos sus habitantes.

Desde un punto de vista histórico, la evolución de los iberos se puede dividir en tres etapas: su llegada e instalación (antes del siglo V a.C.), la consolidación y organización en grupos independientes (siglos V-III a.C.), y la romanización (siglos III-I a.C.), la cual encontró dificultades a causa de su amor a la independencia y de su carácter indómito, y de la oposición de caudillos como Indíbil y Mandonio.

La tipología de los pueblos iberos es compleja. Siguiendo la costa del Mediterráneo desde Andalucía hasta los Pirineos se hallaban entre otros los siguientes pueblos iberos: túrdulos y turdetanos en el valle del Guadalquivir, herederos de la tradición tartésica; bastetanos, oretanos, mastienos y deitanos, ocupando desde las proximidades de Cádiz hasta el sur de la actual Comunidad Valenciana, con mayor diversidad que los anteriores y una fuerte impronta cultural fenicio-cartaginesa; contestanos y edetanos desde el río Júcar al norte de Castellón; sedetanos, ilercavones, ilergetes, suesetanos, layetanos, lacetanos, ausetanos, cosetanos y bargusios en el interior llano y costas de Cataluña; arenosios, andosinos, castelanos, cerretanos, olositanos, jacetanos e indigetes en las zonas pirenaicas y norte costero de Cataluña; sordones en el Rosellón (Francia). Remontando el río Ebro (Iber en griego y del cual reciben Iberia y los iberos su denominación), o penetrando en la Meseta, se hallan los pueblos celtíberos, los cuales reciben en menor grado las influencias culturales costeras y que, por ello, no pueden considerarse integrantes de este conglomerado de pueblos. Hasta 1870 sólo sabíamos de este mundo ibero lo que nos decían las fuentes escritas romanas, que al hablar desde el punto de vista del vencedor nos daban una visión sesgada de la realidad histórica.

Con el descubrimiento en tierras de Albacete del yacimiento del Cerro de los Santos se inició la primera de una casi inacabable lista de hallazgos arqueológicos que hasta el momento nos han aportado el mayor número de datos sobre estas gentes. Los restos de escritura silábica ibera, con diferencias según las zonas, apenas nos han revelado más que datos inconexos dada la dificultad de descifrarla. Son por tanto los restos de cultura material -ajuares funerarios, donde aparecen estatuillas, armas y joyas, grandes esculturas de influencia griega como la Dama de Baza o la Dama de Elche, y cerámicas de color rojo- así como los restos de sus poblados (con elevados emplazamientos defendidos por murallas, y huellas de un urbanismo importado) hacia donde el investigador encamina su trabajo en busca de claves para explicar el dilema unidad/diversidad de los pueblos iberos. 

La Dama de Elche
La Dama de Elche

Su diversidad consistiría en aspectos tales como su preferencia por los gobiernos monárquicos en el sur (donde a los reyes se les atribuía un origen divino) y de carácter aristocrático-oligárquico en el este (donde las tribus eran comandadas por un caudillo, asistido por un consejo); por las actividades agrícolas en los valles y mineras o ganaderas en las montañas; por las variantes decorativas en cerámicas o por las tipológicas constructivas. Su unidad, de tipo cultural y social, se manifiesta en el carácter sincrético (asimilador) de su religión, donde los diferentes panteones de dioses tienen parecidas características propiciatorias y relaciones con la naturaleza (practicaron el culto al Sol, a la Luna y al Toro); en el ritual funerario de incineración y depósito de los restos en urnas; en la iconografía artística de estos pueblos, de carácter animalista y antropomorfo; en su vocación guerrera y en los lazos de relaciones de tipo clientelar, de los que cartagineses y romanos se servirán para concertar pactos y enrolar mercenarios como tropas auxiliares. Las desigualdades socioeconómicas dentro de las tribus y entre los mismos pueblos no disminuyeron su ansia de independencia y de frente común contra los pueblos colonizadores, si bien no fructificaron las tendencias unificadoras, favoreciendo así las sucesivas conquistas durante el siglo III a.C., primero de Cartago y, poco más tarde, de Roma.

Las siguientes láminas han sido recopiladas por la red de distintas páginas donde se ofrecia de forma gratuita su visionado.

Uniformes


Guerreros Iberos durante el sitio de Numancia
Guerreros Iberos durante el sitio de Numancia

Honderos Baleares
Honderos Baleares

Ataque a un Fuerte Romano
Ataque a un Fuerte Romano

Infanteria y Caballeria Ibera
Infanteria y Caballeria Ibera






1

Mister JM on 21.09.2013. 00:54

Gracias Augusto...

De todas, formas los griegos dieron a la península el nombre de Iberia y a pesar de la enorme diversidad de culturas, reinos, lenguas y tribus que poblaban la península por aquel entonces, llamaron iberos a todos sus habitantes.

Saludos...

2

Augusto on 21.09.2013. 00:45

Los numantinos no eran iberos. Eran arévacos, o sea, celtíberos. Y en las otras láminas, los guerreros que aparecen con el escudo rojo y negro suele identificarse con un celtíbero. Además, en la tercera lámina se ve claramente que lleva una espada celta tipo La Tène.

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