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Batalla del Castillo de Hougoumont
Comentarios (7) 28.09.2012. 00:00
Una de las Batallas principales dentro de la famosa Batalla de Waterloo es realmente una batalla dentro de una batalla. Nos referimos concretamente a la Defensa de Hougoumont. Aquí hablamos de Héroes a la fuerza pero en definitiva Héroes.La última fase de la batalla se inicia a las 11.30, cerca de Waterloo, donde Wellington responde al ataque frontal de Napoleón, mientras espera a los prusianos, que avanzan lentos a causa de la lluvia. Durante esa decisiva mañana los dos comandantes principales dieron arengas a los suyos y repertieron ginebra, galletas y carne, caso de Wellington, y coñac, caso de Napoleón, el cual estaba en mal estado por una cistitis. Por otra parte, a las 16.00, en Wavre, Grouchy persigue a los prusianos que habían huido y no puede socorrer a las diezmadas fuerzas de Napoleón.
En Waterloo, Wellington tenía la granja fortificada de Hougoumont anclando su flanco derecho, y varias otras granjas a su izquierda. Napoleón notó este gran problema antes incluso de que la batalla comenzase. Sin estar seguro de la situación del ejército prusiano desde la lucha en Ligny dos días antes, Napoleón estaba totalmente convencido de la necesidad de empezar el asalto a las posiciones de Wellington con el arma más temida de la época, la artillería de campo francesa. Su entrada en fuego fue retrasada por unas horas hasta que el suelo empapado por la tormenta de la noche anterior se hubiese secado lo suficiente para soportar el peso de las armas. El barro también estorbó a la infantería y la caballería mientras se colocaban en posición. Cuando finalmente la artillería francesa abrió fuego sobre las posiciones de Wellington a las 11:35, el esperado impacto en las tropas aliadas fue minimizado por el terreno embarrado y blando que absorbía el impacto de muchas de las dañinas balas de cañón. Además, Wellington había posicionado la mayoría del ejército aliado detrás de la cima, para proteger su ejército de la esperada cortina de fuego.
Un elemento crucial del plan de batalla francés era atraer a la reserva de Wellington al flanco derecho en defensa de Hougoumont, pero los ataques a la granja no tuvieron éxito, aunque en un punto rompieron la defensa exterior de la granja antes de ser rechazados. Hougoumont se convirtió en una batalla dentro de una batalla, y a lo largo del día su defensa continuó atrayendo miles de valiosas tropas francesas a un ataque sin fruto mientras casi todas las reservas de Wellington continuaban en su centro.
Después de sufrir un intenso bombardero de artillería e intercambiar descargas con los elementos avanzados de d'Erlon durante nueve minutos, los sobrepasados en número soldados de Van Bylandt fueron forzados a retirarse al otro lado de la colina entre las líneas de la división del General Thomas Picton. La división de Picton incluía regimientos veteranos de la Campaña Peninsular, entre los que se encontraban regimientos Highland, algunos de los pocos regimientos curtidos en la batalla que permanecían con el contingente británico de Wellington en Waterloo. La división de Picton avanzó sobre la cima de la colina para enfrentarse a d'Erlon. Los británicos fueron destrozados por descargas y contraataques, pero los soldados de Picton permanecieron firmes, eventualmente deshaciendo el ataque. El asalto francés fue finalmente rechazado por la caballería pesada británica comandada por Uxbridge y la famosa carga de los Scots Greys. Tal espectacular evento tuvo un coste tan alto para la caballería pesada que, colectivamente, jugaron un pequeño papel durante el resto de la batalla. Picton no llevaba el equipaje militar puesto al haberse extraviado y luchó con ropa de civil y como espada un paraguas; murió en este enfrentamiento. Colin Hackett después de recibir varios balazos siguió agarrando la bandera de su regimiento hasta que murió.
Cuando inesperadamente Napoleón dejó el campo de batalla a las primeras horas de la tarde, Ney, el lugarteniente de los franceses, confundió una maniobra aliada para reposicionar sus tropas más atrás de las colinas con una retirada general. Sin consultar, ordenó avanzar a un regimiento, luego a otro, luego a otro, hasta que un masivo asalto de unos 5.000 efectivos de caballería atronaba subiendo la pendiente. Los ataques fueron repelidos repetidamente doce veces por los sólidos cuadros de infantería aliados (cuatro filas de profundidad con la bayoneta calada, vulnerables a la artillería o a la infantería pero mortales para la caballería), el rápido fuego de la artillería británica obligó a la caballería francesa a retroceder para reagruparse y los decisivos contraataques de los regimientos de la Caballería Ligera británica y la Brigada de Caballería pesada holandesa acabaron por desbaratar la desordenada ofensiva imperial.